El acoso se digitaliza y tiene nombre de farmacia
- Cynthia Alcalá
- 30 abr
- 2 Min. de lectura
Una farmacia local ha optado por una técnica tan novedosa como rudimentaria: manda mensajes SMS con algunas ofertas envidiables para sus clientes más distinguidos.
En principio, ser cliente habitual de una farmacia no me parece un mérito digno de querer presumirse. Luego, por qué quisiéramos aprovechar un “ofertón” en Pepto-Bismol si lo que me recetaron es, más bien, un clásico Paracetamol.
El problema se presenta cuando la farmacia se vuelve un ente, sin rostro, pero invasivo… acosador. Como lo son los bancos que te tienen en un concepto de pagador y buscan ofertarte el pozo de los deseos con logotipos de VISA y Mastercard. O bien, como lo hacen los sistemas de cable con sus nuevas promociones.
Con la farmacia local, las notificaciones SMS están más saturadas que nunca. Sabemos, los clientes distinguidos que, si compro un producto de electrolitos pediátricos, me dan el segundo a mitad de precio. Sabemos lo del Pepto, y nos dicen hasta que nos pueden traer a domicilio todo aquello que requiramos de manera inmediata: supongo que es por el uso de condones o por casos severos de diarrea. Lo demás, nos permite salir de casa y regresar con leche en polvo, Vick VapoRub o unas paletitas ameladas como las que tomaba la abuela para la carraspera.
Mediante estas técnicas ‘informativas’ sobre el funcionar y las promociones farmacéuticas, me parece que se desvirtúan las enfermedades: unos retorcijones estomacales no podrán ser en su esplendor, si estás pensando que necesitas un Diclofenaco para el dolor de la rodilla que no tienes, pero que el sistema ya intuyó que podrías tener. Uno se vuelve cada vez más loco.
Ni UNO Noticias se atrevió a tanto en el México de hace unos años cuando se convirtió en un monstruo informativo a través de los SMS. Como decía, desde entonces, tan novedoso como rudimentario.
Curiosamente y a voz de alguien que podría sufrir de hipocondría, las farmacias ahora no son un buen aliado. En el caso de ésta local, si has permitido que registren tu número telefónico para obtener un brillante 10 por ciento de descuento en tu primera compra, les habrás dado acceso a tu sistema inmunológico: prepárate, porque ahora sabrás qué tienes -y qué les necesitas comprar- antes, incluso, de haberte enfermado. Con la ‘digitalización’, las farmacias ya no curan, enferman. Qué ironía.


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